lunes, 15 de septiembre de 2008

Sin título aparente

No reconozco mi rostro en el sueño, no reconozco ni la sombra de lo que ayer recorrí
Entonces, pregunto algo desesperado, quien camina por mí, a dónde me lleva
Y quien me irá a dejar cuando ya no sea sueño ni sombra.
Cuando, puesto en algún lugar, de mí, ni de mí y sin mí.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Institucionalizados

Sentarse bien
o
sentirse bien



Para Marcelita y su temprana rebeldia contra la institución

Dos citas para desenrrollar en una tarde apacible de otoño

“nosotros presentamos la muerte y creemos en ella desde muy lejos, y, sin embargo, ésta está oculta en lo más secreto de nuestros órganos”
Tomas Moro en "La Isla de Utopía".

Interpretación de un proverbio africano:
La historia del cazador y el león siempre es contada por el cazador. ¿Cuándo será el día en que el león cuente la historia?

martes, 26 de agosto de 2008

En la casa

la casa cuadrada

Segundo desprendimiento

desnudarse antes de morir

Primer desprendimiento

desnudarse antes de dormir

domingo, 24 de agosto de 2008

sin título

Quien eres cuando la brisa de la tarde te desnuda,
levanta tus pieles y te descubre sin sombra.

viernes, 8 de agosto de 2008

sin título (poema en refacción constante*)

¿quién mueve los mares?
un pez mayor
¿quién mueve los cielos?
un ave mayor
¿quien mueve la tierra?
un elefante mayor
¿quién mueve el corazón de un hombre?
una lombriz que espera y espera tu regreso a la tierra

* a este artefacto le falta un final feliz....

con razón co-razón

Un poema ata un corazón hasta la asfixia
y un corazón desata un poema hasta la asfixia

miércoles, 30 de julio de 2008

delfín

delfín hasta el fin
sin fin
sin fin
del fin
del fin delfín.

papel cebolla

Las palabras no se dibujan, son aves que se estrellaron contra las ventanas.
Seres del aire que perdieron el rumbo y que han venido a caer en tu casa. Los has contado todos, los has puesto bajo la cama y soñado con sus patitas rotas, sus ojitos borrados, sus picos abiertos.
Esa noche has de rayar el sol y pintar estrellas, contar nubes de papel cebolla… papel cebolla… papel cebolla en tus manos que lanzan trazos escarbando desesperadamente sobre las líneas, separando sus patitas del cuerpo, rayando sus ojos, creando un sol extraño que sonríe hasta sangrar. El camino a casa. Conoces el camino a casa y es como siempre un sendero de pájaros muertos.

viernes, 25 de julio de 2008

A modo de editorial

Escribir es un oficio complicado, demandante pero también placentero. Normalmente la prosa es más accesible, amable con el lector y el escritor, se puede estructurar con oficio, con experiencia, con talento; mientras que la poesía es una trama compleja, extraña, enrevesada a veces, sumamente espontánea y agotadora por lo divertida y tortuosa a la vez. Es una actividad solitaria donde un cuerpo posee y se deja poseer; y cuyo rastro son apenas palabras nada más, un gesto tranquilo o una llaga descarnada. Por eso, mostrar poemas podría llegar a ser vergonzante, pues el que muestra expone en cierto sentido su propia desnudez y se desprende de alguna forma u otra de su propio rostro, el cotidiano, el ceremonioso, y se va quedando cada vez con menos gestos, con menos rostros, ante la posibilidad quizás de no encontrar nada o encontrarlo todo.




* Tenía este blog hace mucho tiempo donde pensaba editar pequeños cuentos cortos en algunas entregas pero el tiempo y el talento no dieron para más... así ke se convirtió en otra cosa.

Las piedras miran nuestros corazones

te has cansado piedra al mirar tu camino
has seguido inútilmente la sombra de tantos elefantes
para abrazar una flor bajo la lluvia
has visto tantas estrellas y has hundido tu mirada en su corazón celeste
y has recordado que "un grano de arena y una piedra se hunden igual en el agua".

Frente a la casa de la araña

Yo quiero cortar piernas trepado en mi trencito azul, quiero correr sobre tu mejilla rojísima hasta tu casa y decirte que me voy a llevar uno de tus ventrículos. Quiero empezar a comerme las hojas secas de tu jardín y rayar mi cuaderno amarillo, dibujar cometas tristes, mirar de frente al sol y llevarte mis ojos quemados.
A veces cuando llueve corro a tu puerta y duermo mordiendo mariposas y orejas que encuentro en mis bolsillos o salen de mi boca, las he visto todas nacer en la comisura de tus labios mientras llorabas frente a mi cabecita gacha y mi corazón dis-locado batiendo sus alas rotas en tu ventana.
Tu casita musical toca en mi oído gotas y patitas de gato. Tú tejes mis brazos y yo espero bajo la mesa, comiendo luciérnagas de colores con mis ojos leporinos. Esta noche he de regar el jardín de caracoles ciegos que van comiendo tus cabellos y esperan sentados agua dulce de tu corona de papel. Yo conseguí palabras recién nacidas para las margaritas y tú las llevaste a la luna para dormirlas, por eso las miro y pienso que en el sol abrazante del desierto la única sombra es la de la mamá elefante.

lunes, 25 de febrero de 2008

Sólo correos

De: urbanoelefante@hotmail.com
Enviado: lunes, 25 de febrero de 2008 19:19:36
Para: xxxxxxxxx@hotmail.com

Todo empezó mi querida amiga frente al noticiero reconociendo una voz que oí cuando todo apestaba a mierda y me devolvió al mundo en un santiamén. Era la semana de comisiones que fuimos a grabar para el documental del cementerio Presbítero Maestro y que entre tanto mausoleo y espléndidas esculturas republicanas, Gonzalez Prada, Mariátegui y el niño Ricardito del parbulario nos sentimos fantasmas.
En una de esas comisiones cruzando la calle frente al cementerio "el Ángel" pisé sin querer una porquería, una porquería de loco según aguda observación del chofer de la comisión, asi que yo solo agarraba mis cintas y renegaba mientras camarógrafo, asistente de cámara, chofer se reían hasta que hundido en ese terrible olor llegué al canal deprimido y estresado. Felizmente fue ahí mismo, en el estacionamiento del canal, con mi cara de poto grandísima e irrevocable cuando entró ella, también de regreso de su comisión periodística, con su micrófono en mano, una sonrisa impecable se me acercó sin conocerme y dijo: "¿y tú, eres nuevo aqui?, ¿estas bien? Tienes cara de haber visto un muerto". Suficiente como para darme cuenta que tiene las palabras exactas mientras yo intentaba dejar de apestar. Apareció, desapareció y yo rebotaba por aqui y por allá apestando pero contento. Unas semanas después almorzando en la cafetería del canal reconocí su voz en el noticiero de las 12.45 y fui derecho a buscarla entre la multitud de periodistas para decirle: "oye, te escuché".